La publicidad es una herramienta que utiliza la mayor parte de la gente que quiere vender un producto.
Empresas y comerciantes invierten cantidades enormes de dinero para hacer anuncios que logren convencer a la gente de que es importante comprar el producto que se está anunciando. La publicidad utiliza cualquier medio a su alcance (Televisión, carteles, periódicos, radio, revistas, Internet, folletos, camiones, carros publicitarios, etc.) para lograr su objetivo de vender productos; sin embargo en algunos casos, una parte de las herramientas se sustenta en la manipulación del comportamiento humano. Hasta el momento se ha demostrado que hay básicamente dos partes dentro de la mente humana, una consciente y otra inconsciente.
La parte consciente está integrada, como su nombre lo indica, por procesos mentales que podemos advertir y, por lo tanto, analizar, estudiar, modificar, aceptar o rechazar. El inconsciente está constituido por un conjunto de deseos, sentimientos e impulsos que están fuera de nuestro control pero que, sin embargo, modifican nuestro comportamiento.
En ocasiones la publicidad ha hecho uso de mensajes dirigidos tanto al sistema consciente como al inconsciente de los individuos y busca impactarlos para lograr consumir un producto a través de estímulos sexuales. Hay estudiosos del comportamiento humano que aseguran que los estímulos publicitarios tienen poco efecto sobre los individuos, pero resulta sospechoso que se inviertan cantidades enormes de dinero en publicidad. Otros profesionales señalan que estos mensajes son peligrosos para la sociedad porque influyen en la conducta de los individuos.
A muchas personas se les hace difícil aceptar la posibilidad de ser manipulados por la publicidad; sin embargo, mientras más conscientes hagamos los estímulos que nos llegan a través de los medios de comunicación, seremos menos susceptibles a la manipulación.
El sexo en la publicidad pone en relieve el uso del erotismo por parte de los creativos publicitarios en la actualidad para tratar de vender los productos, así como procurar sobresalir de los anuncios del resto de competidores, que cada vez son más creativos y impactántes. Por otro lado, se justifica su utilización, amparándose en la compleja estructura del cerebro humano, y las distintas motivaciones, en especial las que están relacionadas con los deseos sexuales. Estos condicionantes son los que llevan a utilizar escenas relacionadas con el erotismo para promocionar productos que no tienen nada que ver con él, conjugado en la mayoría de las ocasiones el sexo con claves de humor, para intentar captar de mejor manera la atención.
El sexo en la publicidad se refiere al uso del interés sexual como una herramienta de persuasión para dirigir el interés del público hacia un producto particular, con objeto de su venta, generalmente mediante la utilización de modelos atractivos o también símbolos sexuales. El desnudo en la publicidad se relaciona a menudo con esta categoría. La sexualidad se considera una de las herramientas de mayor alcance en el marketing y particularmente de la publicidad. Los estudios de la respuesta de ventas en marketing directo han demostrado que pueden ser muy eficaces para atraer un interés inmediato, mantener dicho interés y, en el contexto del mismo, introducir un producto que relacione de alguna manera con ese interés. Estudios han encontrado que el uso del erotismo es una técnica perceptiblemente por encima de la media para comunicarse con el mercado, "aunque una de las más peligrosas para el anunciante”. El uso del sexo en la publicidad puede ser altamente explícito o extremadamente sutil: desde las muestras relativamente explícitas de actos sexuales, hasta el uso de cosmética básica para realzar las características físicas.
El uso en la publicidad se ha criticado con diversos argumentos. Los conservadores, especialmente los religiosos, a menudo lo consideran obsceno. Muchas feministas sienten que afecta la imagen de las mujeres (puesto que retratan a las mujeres de forma sexual más a menudo que a los hombres). Algunos dicen que refuerza el sexismo. Calvin Klein ha estado en la vanguardia de este movimiento, habiendo declarado él mismo, "los pantalones vaqueros tratan de sexo. La abundancia de carne desnuda es el último intento de los publicistas de dar a productos redundantes una nueva identidad." En los últimos años los anuncios de pantalones vaqueros, perfumes, y muchos otros productos han ofrecido imágenes provocativas que fueron diseñadas para activar respuestas sexuales de tan amplio espectro de la población como fuera posible, para dar una sacudida eléctrica por su ambivalencia, y para apelar a menudo a los deseos bisexuales reprimidos que se piensa comportan una mayor carga emocional.
Observa y analiza los siguientes comerciales escribiendo debajo de cada uno de ellos tu comentario referente al uso del sexo en la publicidad y los efectos en el televidente como persona y como consumidor.
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